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sábado, 24 de noviembre de 2012

Recetas de temporada

Hola a todos otra vez. Voy a continuar este blog con una entrada un poco diferente. Nada de introspección, reflexión u otras cosas serias. Hoy os voy a deleitar con un par de recetillas que me saqué de la manga con ayuda de mi madre. Pero no os voy a engañar porque me conocéis, sabéis que os las voy a contar con una pequeña historia.

Todo empezó el lunes de esta semana. Después de ir al máster en bus (y lo recalco porque cada vez que voy en bus tengo que salir una hora y cuarto antes del laboratorio y pagar 2 €, o sea que jode bastante xD) nos enteramos todos los que habíamos ido hasta allí de que no había clase, ya que de hecho lo ponía en uno de los calendarios del máster y no nos habíamos enterado. El caso es que en lugar de acabar a las tantas, por tanto, llegué a casa a media tarde gracias también a una compañera que me trajo en coche. Dio la casualidad además de que tenía que ir a comprar unas cuantas cosas, entre ellas los kilos de fruta que me acabo cada cuatro días. Como la fruta del supermercado (no citaré la cadena, pero imagináosla sabiendo dónde estoy jaja) no vale para nada, voy siempre a la frutería de enfrente. Y como estamos en temporada de setas, tenían en la puerta una caja de suculentos níscalos que, efectivamente, son los protagonistas de esta entrada. Compré medio kilo para tener para dos comidas, para que os hagáis una idea. Paso a relataros mi experiencia:

1) Preparación en común

Como sabréis, las setas que recolecta la gente vienen bastante sucias, así que la parte más larga y aburrida consiste en limpiarlas. No conozco ningún truco mágico que haga este trabajo más sencillo o rápido (si vosotros sí, por favor decídmelo), así que tuve que quitarle lo gordo a fuerza de papel de cocina y enjuagues con agua. Si creéis que ya están limpios después de todo el esfuerzo que habéis hecho y lo transparente que sale el agua, no os engañéis; lavadlos otra vez con agua a presión para que salga la arena de las laminillas, porque si no se va a quedar ahí aunque los cuezas más tarde y será lo único que te diga alguna compañera de laboratorio cuando los pruebe :P. Os recomiendo lavarlos y cocinarlos todos juntos, porque la única manera que me ha dicho todo el mundo de conservarlos es hacerlos y congelarlos. Por tanto, si los queréis para hacer varias recetas con una sola tanda inicial hay que buscar una forma de cocinarlos que permita varias posibilidades después. En este momento fue cuando utilicé el comodín de la llamama (sí, es una mierda de juego de palabras, pero no tenéis por qué aplaudir).

No os esperéis nada del otro mundo, es una base previa a las recetas de verdad. Consiste en cocinar en una cazuela todos los níscalos partidos con aceite, unos dientes de ajo cortaditos, perejil y guindilla al gusto. No se me ha olvidado el agua, ¡es que no se echa! Los níscalos tienen suficiente jugo como para que se hagan según están con lo demás y queden con algo de salsa. No os preocupéis si no se terminan de hacer ahora porque no es la receta definitiva, lo harán cuando penséis utilizarlos, pero probad si están bien de sabor porque eso facilitará la labor posterior (no habrá que echarles después tantas especias). Preparados de esta manera, dejadlos reposar divididos en las partes que deseéis hacer y congeladlos hasta que vayáis a usarlos.

2) Revuelto "a lo Chofas"

Esta fue la primera receta en la que pensé al comprar los níscalos. Como el picante me gusta bastante y de todas formas no le quita sabor a las comidas, la guindilla de la preparación en común no molesta y de hecho mejora para mí los platos, pero si no os hace gracia es obvio que no es necesaria desde el principio. La gracia de esta minirreceta es la simpleza que tiene y, sin embargo, lo bien que queda. Verted la parte de níscalos (podéis calcular más o menos la cantidad como compré medio kilo y lo dividí en dos partes similares) en una sartén y añadir cuando esté caliente unos taquitos de jamón. Revolved todo hasta que se terminen de hacer los níscalos y el jamón quede a vuestro gusto y comprobad que no se ha consumido toda la salsa. Finalmente, y aquí es donde viene la magia, bajad el fuego y añadid un huevo por encima (¡sin batir!). Como irá cuajándose muy lentamente la clara, rompedla y revolvedla con cuidado de no hacer lo mismo con la yema. Sin dejar que se cuaje del todo, apagad el fuego y dejad que se termine de hacer el huevo con el calor remanente. Romped la yema al final y mezcladla con lo demás. No es que yo sea ni mucho menos un especialista en la cocina, pero es de los platos que mejor me ha quedado nunca. Contadme vuestra experiencia si lo probáis o hacéis alguna variación.

3) Guiso con patatas (dos platos)

Esta otra receta ha surgido de la necesidad de dividir una parte de níscalos en comida para dos días, hoy y un día laborable para llevármela en la tartera. En una cazuela se vierte la otra parte de níscalos con media cebolla y medio tomate (partidos o sin partir, según queráis coméroslos después o apartarlos al final para dejar solos a los níscalos con las patatas). Dejad que se haga todo un poco en la salsa que había y si hace falta añadid un poco más de aceite. Después de darle a todo unas vueltas, aunque no se termine de hacer, se añaden unos 700 mililitros de agua para que cueza. Como quedará soso con tanta agua, sentíos libres de añadir las especias que queráis. En mi caso he echado media pastilla de caldo, más guindilla, ajo y perejil y pimentón dulce y picante. Mientras arranca a cocer, partid en trozos cuatro patatas pequeñas o dos medianas o una grande xD. Cuando esté hirviendo se añaden las patatas y se deja cocer todo, dependiendo de la fuerza a la que esté el fuego, entre 15 y 30 minutos (no me seáis cazurros y probad de vez en cuando, que la cocina hay que sentirla, no medirla).

Y esto es todo por hoy, espero que alguno se anime y me cuente sus opiniones. Un saludo a todos y hasta la próxima :)

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